Directa al corazón. Esa sensación de vacuidad vital, de soledad en los hoteles extranjeros, encima ahora que me voy de viaje. Esas vidas vacías que chocan como trenes desbocados, esa necesidad de encontrar algo, a alguien. Esa necesidad de reescribir tu vida, de borrar lo anterior…
Y me doy cuenta de mi vacuidad, de lo poco que intereso a la gente, de lo poco que tengo que ofrecerles. Imposible mantener una conversación inteligente, una vida apetecible…
¡Maldito Antonio J.!