- Sin perdón. El hecho de que sea un western es algo accidental. El un canto a la vida desgarrada, a los errores que te atormentan y a los monstruos que llevamos dentro que a veces vienen a salvarnos. A la miseria y a la grandeza de la miseria, a la redención y a la expiación. Hasta le dediqué una entrada en mi blog.
- ¡Qué bello es vivir! Capra en estado puro. Puro sentimentalismo, ñoñería, todo Capra es ingenuo e inocente, con moraleja mojigata, pero echo de menos un mundo así.
- El Señor de los Anillos. La Épica, bien y mal, justicia e iniquidad, lealtad y traición. La épica y la grandiosidad, soñar con los viejos y grandes tiempos.
- La princesa prometida. Sin pretenderlo se ha convertido en la película de culto por excelencia. Amor verdadero, intriga, aventuras. Donde los malos malos son malos, los buenos buenos buenos, y los malos buenos se redimen y se salvan y nos salvan. Un mundo de sueños, con la mujer de tus sueños, los malos de tus sueños, los amigos de tus sueños, los piratas de tus sueños, e Íñigo Montoya ajustando cuentas. Llévame allí, por Dios.
- Beautiful Girls. La crisis vital por la que todos pasamos. El miedo ante el futuro que te acecha, ante el pasado que se escapa y antes las decisiones que te atan para siempre. ¡Quién no ha soñado con Andera! Con las chicas guapas, con cantar Sweet Caroline bajo los efluvios del alcohol.
- ¿Centauros del desierto o Eldorado? John Wayne, duro y épico en la primera, humano y débil en la segunda, crepuscular, venciendo al destino rebuscando entre los rescoldos, y mujeres abnegadas y entrañables.
- El mejor. Roy Hobbs, el mejor jugador de béisbol de todos los tiempos. Con un don prometedor, los errores de la juventud destruyen tu vida. Todos tenemos dos vidas: la que vivimos y la que vivimos con lo aprendido. Y pese a estar en el arroyo, persevera y lucha y se niega a abandonar. Lucha por su oportunidad, conoce la gloria y el infierno, la mala suerte personificada como Kim Bassinger y el destino que se niega a aceptar. En lo más negro de mis negras noches, escuchaba a Roy Hobbs negarse a abandonar.
- Casablanca. Un clásico que te anima a confiar que en el mundo aún queda justicia. Los alemanes vestían de gris y tú ibas de azul.
- Una noche en la ópera o cualquiera de los Marx. Si todos lo pensáramos un poco y viviéramos comoGroucho, este mundo estaría un poco más cuerdo.
- Los puentes de Madison. De cómo la vida se abre ante ti y renuncias a salvarte por los tuyos. Demoledora. Por los recuerdos que trae de Carlota, por el futuro que viene de la mano muerta…