Ahora que llego yo a subÍtaca, a los funcionarios nos bajan el sueldo, con el palmeo fino del pueblo coreando la bajada a los funcionarios. A mí, que el mundo me importa un pito, también me importa un pito esto, y todos los que piensan que los funcionarios son unos perros que se merecen esto y más. Cada uno tenemos nuestros derechos, deberes, filias y fobias y allá cada cual con la suya.
No obstante, los funcionarios no son tan malos como parece: son los médicos, profesores, policías, jueces, aparte de los burócratas de ventanilla a quienes todos odiamos. Personas que hacen su trabajo más o menos igual que el resto de la gente, con la misma proporción de vagos y abnegados que en la empresa privada. Yo reto, invito a cualquiera que pase un par de días trabajando conmigo y me diga si me gano o el sueldo. Sueldo que, en la vorágine de la burbuja inmobiliaria y del aquí no hay crisis, estaba congelado, mientras autónomos y especuladores hacían dinero (y gastaban, supongo) a manos llenas. Ahora la cosa viene pelusa, llanto y crujir de dientes, y a pegar contra quien no puede defenderse.
Hasta que no cojamos a políticos y sinvergüenzas que chupan de la teta por los huevos, y les demos lo que se merecen…