Vuelvo de los Estados Unidos, tras un viaje de vuelta infernal por el cansancio y el cambio de hora. Hoy, casi una semana después, en capilla intentando terminar mi interminable lista de exámenes de ACSL, tengo que esforzarme por recordar muchas de las cosas que vi, que ocurrieron. A veces los recuerdos y las caras se confunden, se funden con otras zonas de mi memoria que creía enterradas hace mucho tiempo. A veces se me va mucho la cabeza.
Pero volviendo a los Estados Unidos, comienzo a dudar de que estén tan locos como presuponemos. Quizá no fuera un mal sitio donde vivir. Quizá me esté haciendo viejo, pero allí las cosas funcionan y la gente es más responsable que en este putiferio donde malvivimos.
Hay que huir. Fuera o dentro de españa, pero hay que huir de este país enfermo.