Y últimamente me estoy descorazonando. Más. En España todas las noticias las copan los políticos. Se han convertido en los actores, en los ejecutores mediáticos. Con su dominio y presión y depresión sobre los medios de comunicación han conseguido que todo gire alrededor de ellos: deporte, cultura, ciencia, sociedad, catástrofes. siempre hay uno de ellos (o varios, ya que les gusta el gregarismo hasta en la defecación) allí, centinela, como si quisieran controlar que nada escape a su influjo hediondo y pestilente.
Ya no quedan grandes hombres, grandes deportistas, grandes políticos. Tan solo una caterva inmoral e infame de hombrecillos, monicacos y cagamandurrias aferrados al poder cainita, ensoberbecidos en su mediocridad, acogotando a quien descolle o intente hacer las cosas bien o sobrevivir, empeñados en vender en los periódicos y la televisión y la radio ese mundo virtual que han decidido vendernos, sistemáticamente, con la intención de que acaba
emos por creérnoslo, intentando que a fuerza de repetir mentiras mil veces, machacándonos con ellas, creamos que son válidos, honrados, honestos y que representan al país y a la sociedad.