Acabo de pasarme una semana sin casi hacer nada. Parece mentira: con lo que me quejo del mundo y yo no pongo nada de mi parte por arreglarlo.
He llevado toda la semana con dolores de espalda, aunque creo que es algo distinto. Como de costumbre, no voy al médico, pero a este paso tendré que ir. Aunque como la semana que viene tengo curso, será ya para la otra y ya no hará falta o no tendrá remedio. Este fin de semana tengo que corregir todos los exámenes y al lunes sacar las notas. Van a ser un desastre, pero creo que esta vez se lo merecen. No han pegado ni golpe y se han tomado la asignatura demasiado a la ligera.
Y al fin nos hemos embarcado en la empresa. Todo cuesta mucho, y lo peor es que va a significar mucho trabajo, y yo sin estar centrado. Va a ser muy duro.
Y encima me duele todo…