Lo odio. No lo conozco personalmente, pero he leído su libro, «La sombra del viento», y es muy bueno. Por eso lo odio.
Porque yo, en mis ínfulas de escritor de calidad aún por demostrar, me muero de envidia cuando veo una de esas novelas que me atrapa desde el principio, bien escrita, con personajes con personalidad definida; en fin, algo bien hecho, digno de admiración en tiempos tan nefastos como los nuestros.
Léanla. O al menos, lean.